En la actualidad, estamos viviendo un crecimiento exponencial de los medios y servicios digitales, dejando para algunos una falsa percepción de obsolescencia
En la actualidad, estamos viviendo un crecimiento exponencial de los medios y servicios digitales, dejando para algunos una falsa percepción de obsolescencia hacia los medios tradicionales. La realidad es que, tanto medios tradicionales como digitales, crecen y coexisten; razón que entendió muy bien Mi Megáfono, implementando lo mejor de cada medio en su modelo de negocio.
La trayectoria de los medios tradicionales en Colombia abarca desde 1791 con la creación del primer periódico en la ciudad de Santafé por parte de Manuel Del Socorro Rodríguez, hasta la actualidad. Los impresos se fueron diversificando a otros formatos y junto a ellos la evolución de la publicidad se hizo evidente, por ejemplo, nacieron las primeras vallas publicitarias, (Muñoz, 1936). Posteriormente, en el transcurso del sigo XX se unieron a los medios tradicionales la radio y la televisión emitiendo las primeras pautas publicitarias audiovisuales.
Desde la llegada del internet a Colombia en 1994, el consumo de medios digitales se ha incrementado a tal punto en el que el 69% de los colombianos -lo que equivale a cerca de 35 millones- son usuarios de los medios digitales. Una cifra nada despreciable de usuarios que consumen o anuncian pauta digital, especialmente en redes sociales, donde son particularmente activos (Bocanegra, 2020).
No obstante, los beneficios de pautar en la radio saltan a la vista cuando, según encuestas realizadas por Valora Analitik: “el 96 % de ellos, indicó que la radio es el medio de comunicación que les permite estar más informados sobre la actualidad del país” (Analitik, 2020). Esto, en un país donde el consumo de la radio se sigue manteniendo por encima del 60% y los oyentes expresan confianza hacia este medio en particular, por encima de otros medios tradicionales como la televisión.
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Si bien la tendencia de crecimiento de los medios digitales, sus facilidades para medir y cuantificar sus audiencias son una gran bondad; los medios tradicionales lo compensan en gran medida con la confianza que estos le generan a sus usuarios, manteniendo volúmenes de audiencias equivalentes a los medios digitales.
Concluyendo así que, los medios tradicionales se niegan a quedar relegados y los digitales coexisten cada vez de manera más orgánica con sus predecesores. Finalmente, la diferencia entre medios tradicionales y digitales responde a las necesidades y los gustos del consumidor.
*Imagen: Freepik.es